
Hoy confieso que me encanta observar a las personas; su forma de andar, sus gestos, su lenguaje corporal, sus expresiones faciales…Miro fotos de conocidos y desconocidos e intuyo su alegría tras la mascarilla o una cierta tristeza detrás de las gafas de sol.
¿Soy maga? ¡No! Pero durante años en comidas y sobremesas me he dedicado a escuchar, a conocer, a comprender y a aprender que el maquillaje no tapa las heridas y que la libertad en soledad no es felicidad.
Hoy confieso que el verano me pesa pero que he diseñado una hoja de ruta que jamás hubiera imaginado. He soltado el ancla y he dejado subir a mi barco solo a los que vienen a sumar. A los que les encanta restar los he silenciado.
Hoy confieso que salir de un grupo a golpe de clic es sencillo pero romper lazos es difícil y borrar el futuro es doloroso.
Hoy confieso que cada día es una aventura desde que soy una mamá sola pero que ver anochecer junto a mis Pequeñas Campanillas es pura magia. Los locales de moda y las fiestas están llenas de gente vacía en busca de “nada”. Yo busco un “todo”.
Hoy confieso que romper con las dependencias emocionales es un reto, un camino de piedras pero después de un tiempo hay un parte de mí que lo va consiguiendo. Mi humor, mi sarcasmo, mi capacidad para decir “basta”, “así no”, “conmigo no” han hecho recordarme quien soy y quien quiero ser.
Hoy confieso que soy amante de las listas. Y en estos días compré un cuaderno para hacer multitud de listas. Listas de porqués, listas de sueños, listas de cualidades, listas de metas, listas de razones y motivos y la lista de todas las listas; lista de las cuatro dimensiones que mi alma ya no aceptará jamás. No por orgullo o amor propio y si porque caminar tiene que servir para aprender y aplicar lo aprendido.
Hoy confieso que escucho mi música favorita mientras escribo estas líneas y me dejo llevar por el corazón porque así escribo yo, escudriñando lo que duele para sanarlo.
Confiesen, confiesen…es liberador!