
Elegí enfrentarme a la vida de pie y caminar con paso firme con opciones o sin ellas.
Elegí quitar piedra a piedra todas y cada una de las que haya en mi camino. Saltadlas durante tanto tiempo no resultó ser una buena solución.
Elegí que no voy a culpabilizarme por sentir o expresar lo que quiera y donde quiera. Pago el precio por ello y me veo crecer en cada palabra.
Elegí que mi tiempo es mío y voy aprovecharlo como quiera aunque no sea lo socialmente esperado.
Elegí que ya no te quiero elegir para bailar, pasear o soñar. Fuiste siempre mi primera y única elección pero la vida está repleta de infinitas posibilidades. Saliste, marchaste y fui tú decisión.
Elegí volver a mi origen con todo lo vivido y lo aprendido. No soy la misma y no viajo sola porque ellas vienen conmigo. Les ofreceré lo mejor de mí porque el tiempo pasa rápido y me pierdo entre coladas y cotidianidades.
Elegí estar bien por fuera pero mejor por dentro porque autoconocerme es lo que necesito para no volver a errar y si lo hago, al menos seré consciente.
Elegí superar traumas, abrir lo ojos a la verdad y despedirme de ti en tu rincón favorito. Cara a cara pondré en tus manos todas las llaves que compartimos, algunas nunca volverán a girar en la cerradura.
Elegí quererme, comprenderme, protegerme y vivirme. Guardaré sólo los recuerdos bellos y ligeros, los que pesan voy a mudarlos a otro servidor, a uno que nunca debió hospedar medias verdades ni dejar que otras consumieran mi espacio.
Elegí lo que vivo y de ello no huiré. Las versiones originales son más auténticas que los doblajes y hay películas que no necesitan segundas partes. Hay historias que acaban y otras que quedan suspendidas. La mía sigue escribiéndose y solo yo sujeto mi lápiz.